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QUÉ SIGNIFICA TU CARTA:

LOS PALOS:

CORAZÓN: Es la fuerza universal del amor. Significa también la bondad: eres un ser afectuoso, de buenos sentimientos. Se asocia con el fuego: representa el amor, la pasión, la felicidad y la creatividad. Es la conexión del alma con el ser.

PIQUE: Representa el poder de las armas, con las que se defendía el Reino. Tienes una punta de lanza en tus manos.

DIAMANTE: La Riqueza, el segundo poder, el oro.

TRÉBOL: La fuerza, la potencia del Reino Naturaleza.

EL NÚMERO:

AS: Uno, es el inicio de todo. Es la unidad subyacente a todo lo que existe. Es la creación. Eres un líder emocional. Sabes repartir el juego. Te abres desde tu interior, forjando confianza en quienes te rodean. Emites humanidad. Irradias magnetismo por tu naturalidad y sinceridad. Con ello, puedes alcanzar cualquier objetivo. El único, el elegido. El arquetipo omnipresente en todas las mitologías. El héroe, Jesús, Buda, Moisés. El Ché Guevara. Los elegidos. Eres un elegido.

2: Dos, es el reconocimiento del otro. Y por consiguiente, es la oportunidad del amor. La unidad perfecta entre dos almas que se reconocen. En hebreo, está representado por la letra Bet, cuyo nombre, «Bait», representa la casa y el hogar. Dos seres que comparten una profunda conexión, reúnen sus almas.

3: Tres, viene de la letra hebrea «Guimel», que es la raíz del verbo Ligmol, que significa dar, liberar, soltar, entregar. El 3, tiene que ver con eso, porque el tres es el nacimiento del bebé que llega de los dos que se unen en pacto de amor. Es dar a luz a una vida nueva autónoma y separada, y así en principio, libre. Ser progenitores de un bebé es el máximo acto de entrega y liberación que uno puede cometer.

4: Cuatro, es la reproducción y la multiplicación de todo. En hebreo cuatro se dice «Arba». Y hacer que algo se reproduzca se dice: Leharbía, de la misma raíz. Cuatro simboliza el equilibrio entre la libertad y la responsabilidad en una relación. Ambos se apoyan, respetando los límites de cada uno. Estás en momento de crear: un emprendimiento, un nuevo ser, una nueva relación.

5: Cinco, es la polaridad. En hebreo es la letra Héi, que en el nombre sagrado del Creador aparece dos veces. En un caso representa a los cielos y a las dimensiones mentales, y en el otro, representa la vida, en el espacio y el tiempo. Cinco simboliza la libertad, el espíritu de superación. Te sientes libre, para experimentar nuevas sensaciones.

6: Seis, «Shesh» en hebreo, es la raíz del Sasón, es la raíz de la alegría, la liberación de la alegría. El seis define el espacio, representa las seis direcciones del espacio: Norte, Sur, Este, Oeste, Arriba y Abajo. Simboliza un momento de estabilidad en tu vida. Tu vida está en equilibrio, estás en paz, en armonía con el universo.

7: Siete, es el número de la impresión de lo divino en todo lo que existe. Siete son los días de la creación. Siete son los mares. Siete son los cielos. Siete son los días de la semana. Siete son los años en el ciclo de año sabático de la tierra. Siete veces, años sabáticos de la tierra, es el año llamado «del Jubiléo», en el que toda tierra vuelve a sus dueños. Entonces, se hace justicia. Siete, Sheva en hebreo, es la raíz de dos cosas muy importantes: la satisfacción, de haber hecho lo correcto. La plenitud. Y de Shvuá, de juramento, de algo que se perpetúa en un juramento. Estás alineado completamente con la creación, recibirás lo que a tí corresponde. Puedes dar tu palabra. Confiarán en ella.

8: Ocho, Shmone en hebreo: es lo que va más allá de lo natural. Lo natural existe en base siete. Entonces ocho, representa la abundancia. El Shumán. La abundancia por encima de lo necesario. También es la transición entre la tierra y el cielo. De manera horizontal, representa el infinito. Es el número de la justicia y la equidad. Ha llegado a ti más de lo que has pedido. Observa el horizonte. Traza tu próximo paso con lo que has recibido. Agradeciendo.

9: Nueve, Tesha en hebreo, es la raíz de la teshuvá. De la salvación. De la redención. De la salvación de todo, más allá de la abundancia. Porque puede haber abundancia pero aún así, tener una vida atada a todo tipo de limitaciones. Es tu luz interior, yendo por tus ideales, tus sueños. Nueve también son los meses de la gestación del embarazo humano. Es un número que habla de la fertilidad, de la procreación.

10: Diez, es la base de todas las cantidades. Desde la Toráh y desde la Cabaláh, usamos el sistema decimal. Todo está ordenado en base diez. Diez son las «Sefirot»: las diez esferas simbólicas cuyas conexiones representan el modo en que todo se conecta con todo en la creación. Si atendemos a la Cabaláh, todo lo que existe puede ser explicable por medio de un esquema de diez Sefirot: el motor de un auto, la vida de un árbol, o la historia de la humanidad. Diez son los mandamientos, los dedos de las manos, etc. Diez en hebreo, «Eser», lleva las mismas letras que «Hosher»: riqueza. Después de la salvación del nueve, el siguiente paso en la espiritualidad, es la riqueza.

J: El Valet, el Jack. Representa al sirviente. Los reyes no son nada, sin alguien que les sirva. Significa que eres un ser que sirve a la sociedad, a tu entorno. Eres servicial para el mundo. Imprescindible. Representa el número 11. Es un número espiritual e intuitivo. Representa el idealismo, el perfeccionismo, la colaboración y la clarividencia. Tienes un fuerte magnetismo, serenidad de espíritu, y una capacidad inventiva que te permite iluminar el mundo con tus ideas nobles.

Q: La Dama. La Reina. El ánimo. Representa el número 12. Son las tribus de Israel. Que están asociadas con los 12 signos del zodíaco. Con las 12 constelaciones. Con los 12 meses del año. El 12 representa el orden en el tiempo. El orden en el alma. Perfección. Plenitud.

K: El Rey. La institución fundamental. Autoridad máxima del reino. Representa el número 13. La transformación, la renovación. La muerte y el renacimiento, simbólicos. Cambios imprevistos. Situaciones difíciles de aceptar. Pero también, la capacidad de superar obstáculos y alcanzar la iluminación espiritual.

He aquí las 10 SEFIROT:

El Árbol de la Vida.
Compuesto por 10 esferas (sefirot) y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado (sefirá) que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo. Esto es un mapa de la Creación. Cada sendero está ligado a cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo.

1. Kéter. La Corona, providencia equilibrante. Es la raíz del árbol. Representa el punto luminoso primordial del Zimzum. El Zimzum es el nombre dado al origen del Universo a partir de una explosión cósmica. De esta manera, aparece por primera vez la noción de infinito como opuesta a la experiencia de lo finito. Desde el Kéter, se derivan dos principios complementarios: Sabiduría e Inteligencia.

2. Jojmá. La Sabiduría. Es masculino. Es el padre, es decir, el origen primordial sin el cual no habría comienzo.

3. Biná. La Inteligencia siempre Activa. Es femenino. Es la madre. Sabiduría e Inteligencia suponen el equilibrio de una balanza, en donde el centro de dicha balanza es el Kéter, la Corona. Así, las tres Sefirot conforman una trinidad denominada: Arik Anpin (Gran Rostro). Ninguno de las tres podrá separarse nunca, por lo que eternamente irán unidos los unos a los otros, conformando el triángulo supremo o triángulo de los arquetipos, pues en él todo es inmaterial, pura fuerza sin forma ni materia. Las siguientes seis Sefirot constituyen lo que se denomina el Zeir Anpin (Pequeño Rostro) . Entre el Gran Rostro y el Pequeño Rostro, existe un tremendo precipicio o fosa llamada «El abismo». Dentro de este abismo, existe una sefirá invisible muy especial: «Daat», es decir, la Conciencia. Se trata de la primera vez que el Keter se muestra bajo una forma no material pero sí energética, llena de fuerza. Podemos decir que Kéter es la «Conciencia divina», mientras que Daat, es el «Yo» superior del hombre. El pilar de la derecha (Jojmá, Jésed y Nétsaj) representa el pilar de la misericordia y el amor. Se trata del espíritu activo. El pilar de la izquierda (Biná, Geburá y Hod) representa el pilar del juicio o rigor. Aquí se encuentra la concentración. Espíritu material y pasivo. En el centro, se encuentra el pilar del equilibrio, siendo Kéter el basal, y luego vienen las otras tres Sefirot (Tiferet, Yesod, y Malkut) . Este pilar central conforma los atributos divinos más absolutos y el yo superior al hombre o conciencia, ubicado en el abismo cabalístico.

4. Jésed. La Misericordia. La Grandeza.

5. Gevurá. La Justicia. La Fuerza.

6. Tiféret. La Belleza. La piedra angular de la Estabilidad.

7. Nétsaj. La Victoria de la Vida sobre la Muerte.

8. Hod. La Eternidad del Ser. La Gloria.

9.Yesod. El Fundamento. La Generación.

10.Maljút. El Reino. El Principio de las Formas.